En el día a día de cualquier imprenta, los colores juegan un papel muy importante. Y es que un cliente siempre va a esperar que el resultado de la impresión refleje de forma fiel los colores de su diseño original, claro. ¿Pero qué te parece si te decimos que ningún color existe en realidad? ¡Son solo percepciones visuales de nuestro cerebro!
Sí, el color es algo así como una sensación, una experiencia. Cuando la luz incide sobre los objetos con mayor o menor intensidad, estos reflejan o absorben diferentes longitudes de onda, que nuestros ojos perciben como distintos colores.
Por tanto, la interacción entre la luz y los objetos es lo que determina la percepción de los colores en nuestro entorno. Hasta aquí todos estamos de acuerdo pero, si entramos en cómo se genera cada color, existen numerosos debates al respecto. Todos se concentran en la llamada teoría del color.
¿No sabes de qué estamos hablando? En este post te contamos todo lo que necesitas saber sobre la teoría del color. ¡Quédate a descubrirlo!
Tabla de contenidos
¿Qué es la teoría del color?
Si te estás preguntando qué es la teoría del color, básicamente se trata del conjunto de reglas que explican cómo se generan los colores que percibimos. Para determinados sectores, como el arte, la óptica, la fotografía, el diseño gráfico o, en nuestro caso, la impresión, se trata de un concepto esencial.
Principalmente, existen dos grandes teorías del color:
Teoría de la síntesis aditiva
Por un lado está la teoría de la síntesis aditiva, por la que los colores se generan al combinarse con otros colores. Este modelo coge como base los que considera que son los tres colores primarios -rojo, verde y azul (RGB) y, a raíz de estos, consigue obtener todos los demás.
La síntesis aditiva del color se emplea sobre todo en televisión, monitores de ordenadores y otros dispositivos electrónicos con pantallas.
Teoría de la síntesis sustractiva
Por otro lado, la teoría de la síntesis sustractiva considera que se pueden crear distintos colores mediante la combinación de diferentes fuentes de luz.
Un ejemplo habitual de la síntesis sustractiva es la mezcla de tintas cian, magenta y amarilla (CMY) que usamos en impresión. ¿En qué consiste? En combinar las tres tintas en distintas proporciones, lo que nos permite generar una amplia gama de colores.
Los colores y el círculo cromático
Seguro que más de una vez has visto el mítico círculo cromático, una representación fundamental en la teoría del color, ya que nos ayuda a comprender mejor la relación entre los colores y cómo se combinan entre sí.
Uno de los primeros teóricos en proponer un círculo cromático en su forma reconocible fue el gran Isaac Newton que, en el siglo XVII, pudo demostrar usando un prisma que la luz blanca podía dividirse y dar lugar a varios colores en el espectro visible, a los que llamó colores puros o colores principales.
Unos años más tarde, el alemán Johann Wolfgang von Goethe aportó contribuciones significativas a los estudios de Newton, como su propia interpretación del círculo de color en el libro ‘Teoría de los colores’ (1810). Fue él quien habló por primera vez de las sombras coloreadas, el acromatismo, la refracción y el estándar CIE 1931.
Entonces, ¿qué podemos extraer del círculo cromático que todos conocemos gracias a estos expertos? Pues que el lugar en el que está posicionado cada color tiene un sentido lógico. El círculo distingue entre:
Colores primarios
Llamamos colores primarios a los únicos que no se pueden obtener mezclando otros colores. Son el rojo, el amarillo y el azul.
Colores secundarios
Después están los colores secundarios, es decir, los que se crean al combinar los colores primarios. Se trata del naranja (rojo con amarillo), el verde (amarillo con azul) y el morado (azul con rojo).
Colores análogos
En el círculo del color, los colores análogos son aquellos que se encuentran adyacentes entre sí. Por lo general, incluyen un color primario y varios colores secundarios que comparten una base común.
Como no contrastan demasiado, los colores análogos suelen ser armoniosos y agradables de ver, y es que generan una sensación de uniformidad y cohesión visual.
Colores complementarios
Por último, los colores complementarios son opuestos dentro del círculo cromático. Estos colores, cuando se combinan, crean un alto contraste y son muy vibrantes juntos. Por ejemplo, el rojo y el verde son complementarios.
El uso de colores complementarios es común cuando se quiere llamar la atención o crear dinamismo en una composición visual.
Tonalidad, saturación y brillo
Todos los colores que percibimos y que forman parte del círculo cuentan con tres cualidades principales:
- Su tonalidad o matiz, que es el color en sí mismo.
- Su saturación, que es la pureza del color, es decir, la concentración de gris que posee.
- Su brillo o intensidad lumínica, que determina si es un color claro u oscuro.
Modelo CMYK
Por cierto, si hablamos de la teoría del color hay que hacerlo también de los espacios de colores. Se trata de diferentes modelos de trabajo para obtener diferentes colores. Los dos más conocidos son CMYK y RGB. Ya los hemos nombrado antes para ponerte ejemplos de la síntesis sustractiva y la aditiva, ¿recuerdas?
El modelo CMYK, de tipo sustractivo, es el más empleado en el mundo de la impresión. Usa el magenta, el amarillo y el cian en distintas combinaciones para poder reproducir todos los colores de una imagen. Los tres juntos dan lugar al negro (que en las siglas CMYK responde a la K de Key).
Modelo RGB
Por su parte, el modelo RGB, de tipo aditivo, debe su nombre a sus tres colores primarios, rojo, verde y azul (Red, Green, Blue). El resto de colores se crean a raíz de estos tres.
En el círculo RGB, obtenemos el blanco al mezclar todos los colores, mientras que el negro solo se produce cuando hay ausencia de luz. Como hemos comentado, este modelo es el más empleado en el mundo audiovisual.
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